11 jun 2009

Agua y azar

Derrama el azúcar y llora.

Apoya su cabeza gigante con los pelos y todo sobre el brazo izquierdo y llora. Llora desconsoladamente. Llora como si fuese la primera vez y la última. "¿Por qué estás llorando?" - dice una voz grave desde algún lado - La bola de rizos colorados no responde. Se detiene el llanto un momento, pero sólo un momento y estalla nuevamente. Y vuelve a tomar color y tono y luz y música. Se escuchan los latidos agitados, la sangre corre lenta y golpea esporádicamente el corazón. La garganta trabaja ruidosamente en el silencio de la cocina. Estaba en la cocina. Preparaba un té y sin razón, dejó caer el azúcar.